sábado, 19 de agosto de 2017

Calma chicha


Sobremesa de una comida tardía en verano. Su mesa está justo al lado de donde tomo el sol y miro el mar mallorquín de Llucmajor. Son cuatro. Hay dos mujeres, un hombre y un niño. A este último le calculo siete años. Al resto no los he mirado con atención. Dejo el libro en el suelo, me reclino, cierro los ojos. La conversación me envuelve. Oigo retazos.

Mujer 1: "Desde luego me tenías que haber prestado un collar. Ahora parezco la chacha".

Mujer 2: "Con este tema mucho ojo. Hay así de denuncias falsas. Yo conozco varios casos. Son tías que van a por la pasta, es así de triste".

Mujer 1: "Es que mira que son importantes los diálogos en las películas"

Hombre: "Antes me gustaba Woody Allen pero desde que sé que es pederasta no he vuelto a ver ni una película suya"

Mujer 2: "Woody Allen no es pederasta, se casó y todo".

Hombre: "Perdonadme pero las mujeres con tacones sois patos mareados, mejor unas plataformas".

Mujer 1: "Yo tengo plataformas".

Mujer 2: "Tocamos a veintiséis euros cada uno, yo quiero guardarme el cash".

Niño: "No, mamá, son treinta euros".

Mujer 2: "¿Treinta? Espero que lo estés haciendo con matemáticas".

Niño: "Lo estoy haciendo con matemáticas".

Mujer 2: "Oye no habréis puesto fotos de esta mañana en el facebook, que Marina dijo que la avisara y mira".

Mujer 1: "Nos vamos, que ahora es la calma chicha".

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