martes, 25 de marzo de 2014

El silencio de los solitos


Hace tiempo que me he dado cuenta de que mi hijo nunca dice la palabra "solo" o "sola", excepto claro, cuando habla de Han Solo. Para el resto de descripciones usa invariablemente el diminutivo "solito/a". Me produce mucha ternura y la verdad es que lo entiendo. Es mejor vestirse yo solito que yo solo. Menos duro esperarte fuera aquí solita que aquí sola

Soy consciente de lo sola que estoy. No solita, sola. Y no pasa nada. No me da miedo, no estoy triste. No vivo sola pero paso mucho tiempo conmigo misma. Cuando el niño se duerme por las noches cuento hacia atrás y me pregunto cómo rellenaré ese trocito de tiempo hasta que me duerma yo también. 

Escribo, ordeno, leo, juego, hablo con mi madre por teléfono. Veo la tele mientras el cerebro se me cocina a fuego lento. Miro a mi alrededor desde el sofá, desde la cama, desde la puerta del baño y pienso que todo está muy callado. Muy solito. 

Esta mañana me saltó Separados en el stream de música camino de la oficina. "Me levanto, con el silencio de la habitación, sin palabras, buscando el mando de la televisión". Pocas cosas definen la vida del separado como levantarse en el silencio de su habitación. 

Ese silencio envuelve tus movimientos desde que te vistes hasta que te borras el maquillaje por la noche. Entre medias hablas, te ríes, trabajas, te concentras pero el silencio en el que te levantaste esta mañana sigue instalado en tu cabeza. Ese silencio está hecho de sosiego y cuando entiendes eso empiezas a hacerle hueco en tu jornada, hasta que ya no concibes el día sin esos espacios en blanco.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Ceniceros de plastilina

Dos minutos pasan del Día del Padre. Jamás lo he celebrado. Alguna vez haría un cenicero de plastilina o un dibujo con pinceles, pero no recuerdo nada. Como hija, nada. Pasaron los años y nada. Menos todavía. A mi padre le daba lo mismo. El tampoco lo había celebrado nunca. No voluntariamente, imagino.

Y sí, claro que estos días existen porque existe El Corte Inglés, o Amazon o los reciclajes de spots navideños de 30 segundos de Dior Homme, pero aparte de eso nadie hace nada. Como mucho te curras un dibujo con pinceles en los primeros años de tu vida, te emocionas. Cuando creces, todo lo más es que el día señalado caiga en fin de semana y entonces toda la familia sale a comer.

Sin embargo basta con que tu padre no esté para que te acuerdes de la anatomía del calendario y seas consciente de cada una de las horas que conforman el Día del Padre. Y ya no quieres saber nada de este día. Y quieres hacer fast forward apretando los dientes. Porque esto no es como Navidad, que aunque no te guste sabes que tiene un punto para mucha gente. Esto es porque sí. Y a ti te parece que no. Porque hace mucho tiempo que ni tú ni él tenéis edad para ceniceros de plastilina. 

martes, 11 de marzo de 2014

10 años después

Recuerdo el sonido de una de las explosiones. Entonces vivía con mi chico en un piso en Sol, a poco menos de 3 kilómetros de la estación de Atocha. Boum. Pensé que había obras, quizá una demolición. Eran las 7.30 de la mañana y ya no trabajaba de periodista.

No viví el 11M en la redacción sino como lectora, internauta, espectadora. Esa mañana tenía una reunión con un hombre de negocios, un tipo alemán a quien parecían importarle bien poco las imágenes que iba escupiendo cualquier canal de la TV del bar. Recuerdo las primeras fotos. Los llamamientos a donar sangre. Los hospitales de campaña. Salí a comer sola, a un vips donde casi nadie hablaba. La tele también estaba encendida allí. Acebes salió apuntando a ETA. Empezó la desinformación.

Recuerdo las horas de después. Pegados a la pantalla del ordenador en el goteo de teletipos. Recuerdo las caras de los extraños a mi alrededor en la Puerta del Sol, cacerola en mano. Recuerdo las velas del chino en la puerta de la Comunidad de Madrid. Los gritos, las pancartas.

Recuerdo la sensación de hermanamiento entre la gente y recuerdo la tensión entre 'bandos'. Recuerdo que nadie quería estar ahí. Recuerdo hoy todo lo que vino después y aún me estremezco. Les recuerdo a ellos, esa lista interminable de historias que se detuvieron en Atocha el 11 de marzo, a esas 192 personas que deberían seguir aquí 10 años después.



lunes, 10 de marzo de 2014

Disclaimer

Es recomendable empezar con un "ah por cierto yo no he sido". En estos tiempos se dice 'disclaimer'. Libero mi responsabilidad de varios asuntos:
  1. Nunca he estado en Africa. Lo más cerca, Algeciras. Y siempre me hace mucha ilusión ponerme la mano en modo visera mirando la línea del horizonte en la playa, a ver si se ve Marruecos. Pero aún no he cruzado ese trozo de Mediterráneo. Si esperabas una guía de viajes, malo.
  2. Isak Dinesen. Meryl Streep. Robert Redford. Bien de oscars. Out of Africa. Memorias de Africa. Muebles de estilo colonial. La avioneta sobre la jungla. Karen Blixen. Plantación de café. Denys. Sífilis. Música de John Barry. En fin, siento si la doctrina del SEO te ha traído hasta aquí. No estás en una página sobre la película, sé lo justo de la historia después de haber visto la peli mil veces y leer el libro a los 13.
El tópico sobre Memorias de Africa existe claro. Es una de mis historias de amor favoritas. Y por supuesto acaba fatal.



Empezamos el blog.

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