domingo, 21 de febrero de 2016

Sintaxis absurda


Voy tan rápido que no me doy tiempo a casi nada. Y tú igual, seguro. Vamos desbocados hasta en domingo, cuando te echas la siesta atropelladamente, engullendo los minutos casi con furor. Bebes rápido, comes deprisa, besas de pasada. Y con estas prisas tampoco te da la vida para cerrar las heridas, que de golpe arrancan de nuevo a sangrar mientra tú ibas a un sitio y volvías de otro.

Hoy era el cumpleaños de mi padre. Mira qué sintaxis más absurda. El reloj me escupió la fecha anoche pero mi cabeza apresurada pasó el dato a un bolsillo y me centré con razón en los asuntos apremiantes del día, como decidir si da tiempo a hacer albóndigas para comer o mejor pasamos a pasta. Total que por la tarde en la cocina los niños recopilaban pokémons en la DS mientras Greg hacía pastel de manzana y yo me corté. Pensé en todas las tartas de cumpleaños que nunca compartí con mi padre y me corté. Un poco, por dentro, no daba para tirita, pero no veas cómo sangraba.

En la butaca de relajarse y mirar por la ventana cerré los ojos y me corté con una canción. Bebe, que es una artista muy grande, también es muy valiente. Lo suficiente para escribir canciones sobre los hombres que pegan a las mujeres, canciones sobre mujeres que se masturban en el salón y canciones sobre lo importante que es cerrar las heridas. Yo que estaba sangrando callada escuchaba a Bebe cantar Ganamos y me sentí idiota porque yo no he tenido ese tiempo de suturar la brecha que llevo dentro hecha de desplantes, muertes, separaciones.

Todas las pérdidas de cuatro décadas de resbalones y alguna pedrada se concentran en la cicatriz mal terminada del cuerpo y pienso que no, que hay que limpiar y dejar de lamer. Que ya está bien de no ver lo que ganamos con cada desplante, y cada muerte, y cada separación. Pero para eso hace falta tiempo. Y de eso no tengo ni en domingo.




Otro tema

El elástico de Penélope

En los extraños años de la adolescencia estaba fascinada con Penélope Cruz. Me parecía la más guapa, la más pizpireta, la más echá palant...